En el artículo anterior, aprendimos mucho sobre la temperatura del color. Vimos como el tono de color que predomina en la iluminación, se le llama la temperatura del color. Un resultado que también se puede lograr al escoger una pintura con una tonalidad específica y una luz determinada.
Vamos a saber más sobre este tema.
Temperatura de color para cada estancia y situación
Recordamos que la intensidad del color se calcula empleando una unidad de medida llamada Kelvin. Entre 5000 y 7000 Kelvin, el tono será blanco. Si está entre 7000 y 22000, la cosa cambia y el tono será cada vez más azulado a medida que subamos esta medida. Sin embargo, si está por debajo de 5000 Kelvin la luz pasará por anaranjada hasta convertirse en rojiza.
Ya tenemos una orientación de los parámetros a seguir para conseguir una u otra tonalidad. Si queremos cambiar el color de una fotografía o de una estancia, hemos de tener en cuenta estos factores.
En el mercado se indica la luz que desprende cada bombilla, led o fuente de luz. En otros casos, esta intensidad es regulable. Así que tenemos que leer antes de la compra y tener claro el objetivo.
Si queremos iluminar una estancia para dormir, lo más conveniente será escoger luz de baja intensidad, es decir, la numeración de Kelvin por debajo de 5000.
Pero si queremos conseguir un espacio de estudio confortable y bien iluminado, escogeremos una intensidad que ronde entre los 5000 y 7000 Kelvin.
Por supuesto, si se trata de decoración, también tenemos que tener en cuenta el espacio. Tal vez nuestra recomendación sea contar con más o menos elementos de iluminación para conseguir el objetivo.
Como vemos a la hora de elegir el color de nuestra vivienda hay aspectos que quizás nos eran desconocidos hasta ahora. Cualquier otra duda que tengas al respecto puedes hacerla llegar a los profesionales de Reformas Orellana, estaremos encantados de ayudarte.
Menudo post, que interesant. Nunca me había parado a pensar en las temperaturas de color, de hecho sabia muy poco sobre ellas.
¡Un saludo!